MACROECONOMÍA
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La industria militar prepara su escalada

El gran reto de España: duplicar su industria militar en menos de cinco años: "No hay vuelta atrás"

El ecosistema español de defensa pasa al primer plano con compras de fábricas y fichajes de directivos para escalar su producción en tiempo récord

El gran reto de España: duplicar su industria militar en menos de cinco años: "No hay vuelta atrás"
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"Fabricar, fabricar, fabricar" es el mantra que repite hoy la industria de la defensa española. Relegada a desempeñar un papel casi proscrito durante décadas, la guerra en Ucrania primero y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de este año han conseguido ponerla en el centro del escenario. Europa, clave para relanzar la economía española con los fondos Next Generation tras el Covid, declara ahora que la defensa es una prioridad a la que tienen que contribuir todos los países miembro. Y España, octavo exportador de armas a nivel mundial, tiene que aportar recursos y producción.

ReArm Europe es la consigna que en Bruselas en un clima de tensión que imponen los socios del Este y vecinos de Rusia. La determinación europea puede medirse en el volumen de recursos que quieren movilizar los 27: 800.000 millones de euros en gasto militar hasta 2030 activando todos sus resortes fiscales, institucionales, financieros... Y, también, en la presión que aplica sobre gobiernos como el español, donde Pedro Sánchez trata de evitar pasar de un gasto equivalente al 1,3% del PIB a acercarse al 3%, más del doble. En valores absolutos, pasar de los 20.500 millones actuales a gastar cerca de 47.000 millones. La escalada industrial y presupuestaria exige elevar el gasto de Defensa a un ritmo de 5.000 millones de euros al año.

Queda aún mucho por concretar: el presupuesto definitivo, qué parte del aumento de gasto será inversión, qué parte de la inversión será en producción española... Pero mientras la discusión se centra en si esos recursos se restarán de políticas sociales o gasto en infraestructuras, es evidente el rearme retórico. Donde los discursos evitaban siempre los términos militares, ahora afloran drones, ciberseguridad y vehículos blindados. Aunque a día de hoy las exportaciones españolas de este sector que más crecen son las de obuses de 155 mm y granadas de mortero destinadas a Ucrania, la transición de las prioridades políticas es aún demasiado rápida, al menos aquí en España. "El consenso general ya no tiene vuelta atrás porque es general y aceptado", dice un ejecutivo próximo a esta industria. "La dinámica es de una mayor tolerancia a términos vetados como armamento y munición".

Para saber más

Lo que está en negociación presupuestaria son decenas de miles de millones de euros anuales en forma de proyectos que piden pista en un sector que mide ahora su capacidad de respuesta. A la espera de encargos, la falta de infraestructura en forma de fábricas y de personal para el aumento de gasto que se demandará es patente por la falta de inversiones en los últimos años y se necesitará reaccionar rápido, como reconoció el presidente de Indra, Ángel Escribano.

En contraste, la alemana Rheinmetall, con importante presencia industrial en España, lleva invertidos casi 8.000 millones en los últimos tres años en aumentar su capacidad de fabricación. Hace unas semanas, su CEO dejaba claro la oportunidad: han firmado más contratos este año que en los últimos 15 de historia de la empresa.

"El sector español ha comenzado ya a activar planes de ampliación de instalaciones, optimización de procesos e incorporación de nuevas tecnologías", señala César Ramos, director general de Tedae, la patronal del sector, que no obstante, remarca que para que estos planes se consoliden, es necesario un compromiso de inversiones y proyectos a largo plazo.

Si la urgencia de Bruselas ofrece confianza, la reticencia en el Consejo de Ministros siembra dudas sobre cuál será el compromiso final del Gobierno español medido en inversiones más que en declaraciones. Pero sea como sea, está asumido que la infraestructura industrial es insuficiente.

Las grandes y medianas empresas ya han comenzado la búsqueda por toda España de instalaciones en las que producir cuando llegue el momento en el que tener o no tener capacidad marque las diferencias para ganar un proyecto millonario. Valen las que están en marcha y pueden reorientarse, como es el caso de la siderurgia de Duro Felguera en Asturias; valen también las que han buscado sin demasiado éxito una actividad civil, como por ejemplo el complejo Santana en Linares (Jaén); valen incluso localizaciones vacías y suelo en las que a día de hoy el único interesado era el sector de la logística.

"Airbus vendió en Cádiz y en esa ubicación apenas hay oferta de suelo pero sí lo hay en Burgos, Toledo, Málaga, Tarragona... Las ubicaciones alejadas son más disponibles pero dan problemas para desplazar personal", explica Oriol Gual, responsable de mercado industrial para la consultora inmobiliaria Colliers. Gual señala que la recapacitación de la industria de defensa deberá buscar espacio donde la logística u otros sectores que pueden ajustar su producción a la baja como la automoción o las energías renovables cedan terreno.

"El crecimiento está en marcha. Pero debe ir acompañado del compromiso institucional, la planificación a largo plazo y el impulso presupuestario que asegure su sostenibilidad. Porque aumentar la capacidad de producción industrial en defensa no debe verse como una respuesta puntual a una crisis, sino como una inversión estructural en estabilidad, seguridad y progreso nacional", apunta Ramos. El sector considera crítico, además, mayor agilidad administrativa, tanto para la construcción de nuevas fábricas y su licencia como para la resolución de procesos.

Gigantes como Navantia o Airbus serán tractores en este proceso que tiene en el tejido de proveedores el mayor potencial. Indra es una de las compañías que encabeza esta reacción en busca de mayor capacidad de fabricación y producción con la toma de control del programa del blindado 8x8 y la compra de la fábrica de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón para fabricar vehículos blindados. La histórica instalación, popularmente conocida como El Tallerón, será así un ejemplo de reconversión de edificio para uso civil en un fabricante militar

La obsesión la lleva tiempo encabezando su CEO, José Vicente de los Mozos, con gran experiencia en el sector fabril tras alcanzar la vicepresidencia mundial de Renault y que ha situado como gran objetivo del grupo la estandarización de proyectos y el establecimiento de verdaderas fábricas que generen economías de escala.

De los Mozos representa una conexión industrial entre el sector del automóvil y el de la defensa que no pasa desapercibido ni en quienes buscan fábricas que optimizar como las de Volkswagen que demanda Rheinmetall en Alemania o las de Santana en Jaén ni tampoco en quienes buscan directivos e ingenieros. "Habrá un trasvase de directivos desde sectores que pueden perder pujanza por las circunstancias actuales y la defensa, que recurre a muchos conceptos de plataformas y cadenas de valor a la hora de escalar su producción", reflexiona Jesús Marrodán, socio de la firma cazatalentos Korn Ferry.

A nivel industrial puede suceder lo mismo con directivos de aeronáutica civil pero también serán muy demandados directores de planta, personal con alguna especialización técnica o, también gente con experiencia en relaciones con las administraciones, ex altos mandos como asesores.... "Es un mundo en el que la profesionalidad no se improvisa", dice Marrodán. "Hay asignaciones de programas a diez años con una contratación que exige conocimiento, relaciones, agenda... estos perfiles son poco visibles pero están muy valorados".

Indra, por ejemplo, debe renovar su consejo de administración este año y, curiosamente, carece de expertos en defensa. El grupo ya ha empezado a moverse aguas abajo con varias incorporaciones, la mayoría procedentes de General Dynamics, la dueña de Santa Bárbara y de la fábrica que aspira a comprar en Trubia. Este asunto ha provocado una importante disputa pública en la que la empresa estadounidense defiende que no quiere desprenderse del activo y asegura haber invertido más de 500 millones en el complejo ante las acusaciones de Indra, que argumenta todo lo contrario.

Lo mismo le sucede a Nazca Capital, la gestora de capital privado que va a promover el mayor fondo en defensa en España, con 400 millones de euros. Nazca tiene en marcha la contratación de dos asesores de primer nivel que apoyen desde un consejo la actividad de las empresas en las que el fondo esté presente.

En un negocio que está por despegar pero en el que da por hecho que habrá fuerte competencia Nazca comprará la mayoría de empresas pequeñas y medianas que hará crecer con mayor contratación comercial y mejoras financieras para fusionarlas o venderlas al cabo de los años. "Drones, materiales, avanzados, comunicaciones y satélites, vehículos autónomos... tenemos identificadas más de 1.000 empresas que pueden interesar por el carácter dual de sus productos", explica Daniel Pascual, socio de la gestora.

La aportación de estos inversores llegaría en forma de ampliaciones de capital para empresas que a pesar de contar con un modelo de negocio probado y equipos directivos convincentes no disponen de recursos para invertir en la escala de capacidad, circulante o personal que requerirá jugar a proyectos grandes. "El sector ha tenido restringido el crédito por las connotaciones de su negocio, nosotros vamos a aportar financiación y asesoramiento, somos inversores activos", explica Pascual.

Fragmentación y dispersión

La falta de grandes programas de defensa a nivel europeo (con excepción de la aviación) ha provocado que exista un sector fragmentado cuyas tiradas de fabricación nunca han sido masivas y muy repartido en el territorio, lo que también abre la puerta a que, en esta ocasión, el premio económico quede más compartido.

En el norte de España, Asturias está consolidándose como uno de los grandes polos si se suman los proyectos de Trubia, la compra de la fábrica de Duro Felguera o el interés de Escribano en crecer en la región, ya que abrirá un centro de I+D en Avilés. Se une a otros centros tradicionales como la industria en torno al fabricante de motores para aviones ITP Aero en País Vasco, donde la producción de componentes de automoción juegan también un rol destacado en la parte de los proveedores.

En el apartado de tierra, el Gobierno ha convertido a Andalucía en un polo tractor con la instalación del Centro de Desarrollo y Experimentación Tecnológica (Cedetex) de Jaén y la base logística de Córdoba, a los que se suma un centro para drones en Huelva. Con estas instalaciones como eje prosperan proyectos como el de la creación de una fábrica de sistemas lanzacohetes de Escribano y Rheinmetall, que se adjudicaron un contrato de más de 700 millones de euros de Defensa el año pasado.

Estos nuevos proyectos se unen a los dos grandes polos y campeones nacionales que ha tenido históricamente el país: Navantia y Airbus. Los astilleros han dado carga y generado todo un ecosistema de proveedores en Cádiz, Cartagena, donde se ha gestado el nuevo programa de submarinos de la clase S-80, y Ferrol, el gran pulmón de la industria gallega y uno de los lugares donde se han presentado ya cálculos del incipiente aumento del gasto. Solo con los programas que se han ido aprobando en los últimos años, la patronal regional de la industria del metal (Asime) calculaba esta semana que solo con los programas existentes ya se dará trabajo a 150 empresas y se crearán 5.000 empleos en una región que también cuenta con fabricantes de vehículos pesados como Urovesa.

El caso de Airbus es similar. El fabricante aeronáutico cuenta con importantes proyectos militares en España. Así, una de sus esperanzas es disparar gracias al auge de la defensa la fabricación del avión de transporte A400M, que se ensambla en Sevilla. En Getafe, la carga se la llevan entre otros el nuevo dron de la compañía, el SIRTAP, mientras que Cádiz, donde la empresa concentró su actividad en la factoría de El Puerto, será uno de los centros de desarrollo del programa Eurodrone.

Detrás de todas estas empresas de cabecera se encuentran además centenares de pymes encargadas de negocios muy específicos y que se han convertido en un objetivo de compra por parte de las mayores o de fondos de inversión.

Es en esta fragmentación donde encontrarán sus oportunidades los inversores privados pero donde también encuentran negocio actividades como Akkodis, empresa de consultoría tecnológica e ingeniería global del Grupo Adecco. Laura de la Cruz, directora de la división aeroespacial y de defensa de la firma, dispone de un equipo de 1.500 ingenieros de distintas especialidades (informáticos, mecánicos, eléctricos, técnicos en mantenimiento....) en España que activa en función de los proyectos a los que aspiran sus clientes y que espera que sea muy demandado en los próximos años.

"Se están anunciando presupuestos pero lo que hay que esperar es a ver lo que se reparte y cómo se reparte", dice, prudente. Sí señala que el número de ingenieros actual ya es insuficiente para el volumen de trabajo. Akkodis contrata ingenieros de sistemas recién licenciados o a punto de licenciarse en la universidad, termina de formarlos en cursos de tres meses y los integra en equipos con profesionales senior. "La demanda aquí ha sido siempre cíclica", dice en referencia al sector de la defensa. "Pero ahora las grandes empresas van a acumular pedidos y necesitarán apoyo".